En su colección "Discos que marcaron una época", la editorial Quarentena dedica su última entrega a los dos primeros discos de la banda británica The Smiths, el que lleva el mismo nombre que el grupo y Hatful of hollow, que incluyó diferentes versiones de canciones que ya aparecían en el anterior junto a otros temas inéditos. Quizá no sean los mejores de una formación de carrera exigua (1983-1987) pero fundamental en el devenir de la música pop británica. La elección de Marcos Gendre, autor del volumen, se debe sin duda al aldabonazo que supuso la irrupción de The Smiths en el panorama musical de la época, ya no sólo por la originalidad y calidad incontestables de su sonido y sus letras, sino por la irresistible atracción que desprendían su forma de comportarse, sus opiniones y su forma de encarar el hecho musical. Seguramente discos posteriores como esa obra maestra que es The queen is dead y su testamento discográfico Strangeways here we come, gestados ya en plena madurez del grupo, deberían figurar como sus obras más emblemáticas, pero el factor que ha primado aquí es la innovación, el aire fresco que supusieron ambos discos primerizos. Gendre desmenuza cada canción, se detiene en sus arreglos, diferentes versiones, sus letras, sus fuentes de inspiración e influencias posteriores, hasta determinar la importancia de su alcance. Morrissey y Johnny Marr concibieron con ellos todo un universo efímero pero de notoria huella en la historia del pop universal. La editorial Quarentena nos lo recuerda y, de paso, le abre su fascinante puerta a todo aquel -pocos, me temo- que aún no hayan tenido el gusto de conocerles.miércoles, 6 de mayo de 2015
The Reader´s Diary (XLI)
En su colección "Discos que marcaron una época", la editorial Quarentena dedica su última entrega a los dos primeros discos de la banda británica The Smiths, el que lleva el mismo nombre que el grupo y Hatful of hollow, que incluyó diferentes versiones de canciones que ya aparecían en el anterior junto a otros temas inéditos. Quizá no sean los mejores de una formación de carrera exigua (1983-1987) pero fundamental en el devenir de la música pop británica. La elección de Marcos Gendre, autor del volumen, se debe sin duda al aldabonazo que supuso la irrupción de The Smiths en el panorama musical de la época, ya no sólo por la originalidad y calidad incontestables de su sonido y sus letras, sino por la irresistible atracción que desprendían su forma de comportarse, sus opiniones y su forma de encarar el hecho musical. Seguramente discos posteriores como esa obra maestra que es The queen is dead y su testamento discográfico Strangeways here we come, gestados ya en plena madurez del grupo, deberían figurar como sus obras más emblemáticas, pero el factor que ha primado aquí es la innovación, el aire fresco que supusieron ambos discos primerizos. Gendre desmenuza cada canción, se detiene en sus arreglos, diferentes versiones, sus letras, sus fuentes de inspiración e influencias posteriores, hasta determinar la importancia de su alcance. Morrissey y Johnny Marr concibieron con ellos todo un universo efímero pero de notoria huella en la historia del pop universal. La editorial Quarentena nos lo recuerda y, de paso, le abre su fascinante puerta a todo aquel -pocos, me temo- que aún no hayan tenido el gusto de conocerles.
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