miércoles, 24 de abril de 2019

El padre de la artista

Francisco Sanchiz Cucart (Gandía, 1875- ...), padre de la actriz Porfiria Sanchiz, fue un ingeniero muy reconocido en su época cuya actividad estuvo relacionada sobre todo con la implantación de la electricidad en España. Por ese motivo fue contratado por la Compañía Andaluza de Electricidad para instalar la red eléctrica en Sanlúcar, que sustituiría al alumbrado por gas. Su estancia en la localidad propició que allí naciera la futura actriz el 15 de junio de 1909.
La acuciante demanda de profesionales para la floreciente energía motivó que Francisco fuera reclamado en diferentes ciudades de toda España. En 1912 le situamos como ingeniero de la Sociedad Eléctrica Moderna de Jerez, y tenemos constancia de su paso por Cádiz, Sevilla, Málaga, Barcelona y Puertollano, donde Porfiria estuvo interna en un colegio religioso.
En 1928 Francisco es contratado por la Compañía Insular Colonial de Electricidad y Riegos, S.A. (CICER) para implantar la red eléctrica en Tenerife y Las Palmas, donde llegó a exponer sus planos del trazado eléctrico en un escaparate de la ciudad. Tras este periplo insular, la familia se instalará definitivamente en Madrid, donde Francisco abrirá su propio despacho en el número 19 de la calle Gaztambide del barrio de Chamberí.
Hombre inquieto y muy trabajador, no descartamos que tuviera el arrojo de participar en un pequeño papel -quizá camarero- en la película La hija de Juan Simón (José Luis Saénz de Heredia, 1935), en cuyo reparto figura un tal Francisco Gaztambide -¿la calle de su despacho para ocultar su apellido?- de quien no se conocen más películas.


martes, 16 de abril de 2019

Porfiria Sanchiz y los Álvarez Quintero

Clara la valiente fue el personaje que los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero escribieron expresamente para Porfiria Sanchiz en su obra Juanito Arroyo se casa, una revisión del mito de Don Juan, estrenada en el Teatro Benavente el 26 de octubre de 1933. Fue el bautizo de la actriz con la compañía Vico-Carbonell, encabezada por los actores Antonio Vico y Carmen Carbonell. La obra alcanzó las 81 representaciones y la interpretación de su personaje volvió a suscitar los elogios de la crítica.



Como muestra un encendido extracto de la publicada por el periodista José D. De Quijano al término de la temporada teatral: "Porfiria Sanchiz correspondió al honor que los autores le hacían confiándola papel de tanta responsabilidad, con la máxima emoción, con gratitud sincera y con el más legítimo entusiasmo. Y, lo que es más importante, con pleno acierto en su interpretación. Puso pasión y fuego en la voz -esa voz suya, cálida y sin gritos, que parece empañar, como a un cristal, el vaho ardiente de su propio aliento-; fulgores dramáticos en el gesto -su gesto patético, en que se adivina la posible futura primera actriz de drama-; brillos de llamarada o resplandor de luna clara en sus inmensos ojos, algo egipcios -cleopatrescos-, según el rencor y la desesperación o la fascinación amorosa se asomaban a ellos, y garbo en la figura, de esbeltez inverosímil en talle cenceño, flexible, como el acero de una espada" (ABC, 5,7-1934).

viernes, 12 de abril de 2019

Porfiria Sanchiz y Jacinto Benavente

Si a algún dramaturgo estuvo ligada especialmente la carrera de Porfiria Sanchiz ese fue Jacinto Benavente (1866-1954), uno de los autores más representados en las primeras décadas del siglo. De hecho, en la temporada en que debuta nuestra actriz, la 1930-31, Benavente llegó a tener 28 obras suyas en los escenarios.
El primer encuentro entre ambos fue con motivo de una función de homenaje al autor organizada por la Confederación Nacional de Maestros el 22 de enero de 1931 en el Teatro Cómico de Madrid. La obra representada fue Despedida cruel. Menos de dos meses después, ya integrada en la compañía de Margarita Xirgu, Porfiria incorporará el personaje de María Antonia en la obra De muy buena familia, estrenada el 11 de marzo en el Teatro Muñoz Seca.
El 18 de enero de 1935, formando parte de la compañía Díaz de Artigas-Collado, estrenará No juguéis con esas cosas en el Teatro Eslava en una velada con espectadores ilustres como el doctor Gregorio Marañón o los escritores Eduardo Marquina, Edgar Neville y Federico García Lorca. Ya en plena guerra civil, y con la compañía de Gaspar Campos, lleva a escena Los malhechores del bien (Barral, 8-7-1938).

Integrada en la compañía del Teatro Español que tantos éxitos le deparará, Porfiria vuelve a encontrarse con Benavente en La losa de los sueños, estrenada el 8 de febrero de 1941, y en la reposición de Sin querer, que tuvo lugar el 6 de marzo. Todavía tendría una oportunidad más de enfrentarse a los textos del insigne dramaturgo con la representación de Al S. de S.M.I., estrenada por el Teatro Nacional de Cámara y Ensayo el 27 de junio de 1955 en el Teatro María Guerrero, incorporando a Catalina de Rusia.



miércoles, 10 de abril de 2019

Teresa de Jesús


El 6 de marzo de 1933 la compañía formada por Manuel Herrera Oria para represenar la obra Teresa de Jesús de Eduardo Marquina ofrece una función privada para la crítica en el Teatro María Guerrero de Madrid. Contando como primeros actores con María Palou y Luis Peña, la formación la integraban además María Luisa Moneró, Rafael Mario Victorero, Mariana Domingo, Luisa Jerez, Conchita López Domínguez, María Lozano, Pastora Peña, Lily Rosillon, Carmen Seco, Valentina Iparaguirre, Porfiria Sanchiz (presentada al respetable como Porfirita Sanchiz), Pedro Cabré, Toribio García-Tomé, Vicente Llopis, Ramiro de la Mata, Eduardo Moreno, Pedro Rubio, Pablo Sáez, Carlos V. Terceño y Julio Infiesta.

El estreno oficial tuvo lugar en Ávila, la ciudad que vio nacer a la santa, y continuó casi tres meses de gira por provincias hasta regresar al Teatro Beatriz de la capital madrileña el 23 de mayo. Porfiria fue una de las actrices más aplaudidas del reparto ganándose los elogios del periodista del ABC José D. De Quijano: "...Ante la figura ingente, fuerte y humana de la Santa, cae de hinojos, en la estampa de más nervio teatral de la obra, una monjita consumida en inquietudes, que hacen zozobrar la paz de su conciencia, torturando su casto espíritu y mordiendo su barro carnal... Y es tan patética la máscara dramática de su rostro -de extraña y singular belleza-, tan rota en sollozos -fuego y lágrimas-, fluye su voz gratísima, y tan sobrios son los medios expresivos -gesto, actitudes, ademán- de su arte, reveladores de un temperamento de actriz poco corriente que, sorprendidos, nos acercamos al poeta y le preguntamos al oído: -¿Quién es esta muchacha que está tan bien?" ("Actrices nuevas", ABC, 10-8-1933).

martes, 9 de abril de 2019

Porfiria Sanchiz en el Teatro Español


Desde su debut el 17 de enero de 1941 con Las bizarrías de Belisa de Lope de Vega hasta la última representación de Marea baja de Peter Blackmore en el Teatro Gran Vía en marzo de 1949, Porfiria Sanchiz intervendrá en 39 obras para la compañía del Teatro Español. La última vez que se subirá con la formación al escenario del coliseo de la calle del Príncipe será con El sombrero de dos picos de Claudio de la Torre y Álvaro de la Iglesia.


En su repertorio figuraron seis obras de Lope de Vega, cinco de Shakespeare, dos de Zorrilla, Benavente y Calderón, y otras de dramaturgos como Sófocles, Schiller, Tirso de Molina, Jardiel Poncela o Muñoz Seca. 

Traje diseñado por Manuel Comba para el personaje de
Finea incorporado por Porfiria Sanchiz en la obra La dama duende 
estrenada en el Teatro Español el 4 de junio de 1942.
Museo Nacional del Teatro de Almagro.

Programa de mano de Don Álvaro o la fuerza del sino del Duque de Rivas estrenada en el Teatro Español el 14 de mayo de 1943. Museo Nacional del Teatro de Almagro.