Mientras sigue triunfando sobre el escenario del Teatro Cómico con revistas como
La de los ojos en blanco, Maruja Sanchiz es una de las elegidas, junto a su hermana Porfiria, para integrar el reparto de
El amor gitano, de Alfonso Benavides, cuyo rodaje tiene lugar entre los meses de febrero y marzo de 1936 en los Estudios Lepanto de Barcelona, con grabación de exteriores en Granada y Ronda. Empieza a ser conocida en el mundillo farandulero como "la ingenua cien por cien". Solo tiene 19 años y su carrera parece estar en el mejor momento, en ese estado crucial en el que puede subir como la espuma o desmoronarse como un castillo de naipes.
En el set de rodaje de su segunda película recibe la noticia de que ha sido designada "Miss Teatro Cómico 1936", resultado de un certamen en el que diferentes personalidades culturales eligen a la actriz más destacada de cada teatro barcelonés. Según el cronista de
El Heraldo de Madrid (14-3-1936): "su cara bella y fotogénica y su figura esbelta y elegante nada tienen que envidiar a las más celebradísimas
stars que pueblan el mundo de Cinelandia". La actriz recibe la banda correspondiente al término de su actuación en la revista
Son naranjas de la china que representa en el mismo teatro.
Pero la alegría estalla de nuevo, cuando apenas veinte días después, el 4 de abril, es elegida "Miss Teatro 1936" entre las nueve aspirantes que representan a los principales teatros de Barcelona, entre ellas Virginia Zuri o Teresita Pujol. El acto de entrega del galardón se celebró en el marco de un festival organizado por el periódico
Las noticias. Los piropos de los reporteros, como era de esperar, son pródigos y zalameros: "Sus compañeras, las vicetiples del Cómico, la miran con admiración; los caballeros gruesos de la primera fila de butacas sonríen beatíficos, mordisqueando el puño del bastón, cuando ella desfila por la pasarela; en el coro destaca, a veces, porque lleva un pañuelo de otro color que sus compañeras, o porque luce un más breve
culotte, o sonríe con más gracia, etc." (
Crónica, 12-4-1936). Este premio, que culmina una trayectoria jalonada de distinciones, la hacen presa fácil de los cotilleos de la hoy llamada prensa "rosa". De ahí que
El Mundo Deportivo lance el bulo de que Maruja se va a casar con el fakir indio "Blacaman", que esos días está de gira por Barcelona.
Lo que sí es cierto es que los empresarios del madrileño Teatro Chueca tratan de ficharla para su coliseo, pero la actriz renuncia a la oferta al tener sobre la mesa una para rodar tres películas y otra para prolongar su estancia en los teatros catalanes, en este caso en el Tivoli, para quienes interpretará la revista
Melodías en jazz. También ha recibido propuestas de la actriz mejicana afincada en España Margarita Carvajal y ha sido nuevamente elegida miss de un producto de belleza. Su agenda social tampoco descansa, y entre otros actos, acude el 24 de mayo a la inauguración del Centro-Estudio de Artistas Cinematográficos.
Aunque trata de despistar a la prensa con la fecha, no puede evitar que los medios se hagan eco de su boda -esta vez de verdad- con el dibujante e inventor cubano Julián Segura Bacardí el 10 de octubre. Su nuevo estado sentimental, unido a las dificultades laborales generadas por el estallido de la guerra civil, harán que Maruja tome la decisión de emigar a Méjico, donde su marido debía tener contactos y buena parte de su negocio. La oscuridad se cierne desde ese momento sobre el periplo de la actriz. Aunque nos reservamos algunas dudas, parece que participó en papeles secundarios en tres filmes rodados en su país de acogida:
Refugiados en Madrid (1938),
El circo trágico (1939) y
Odio (1940), y uno posterior en el de su marido:
Hitler soy yo (1944).
Sí sabemos con seguridad que el 31 de marzo de 1938 presentó una demanda contra la empresa Piccardo y Cía. por publicar una foto suya, tomada por Compal, en la revista argentina
Ahora (21-6-1937) anunciando una marca de cigarrillos con la leyenda "Un nuevo placer para la dama porteña". Aunque no hemos podido localizar la sentencia completa del juicio, celebrado en los juzgados argentinos, sabemos que la defensa esgrimió como argumento la inexistencia de antecedentes artísticos de Maruja en ese país, y que la actriz presentó como prueba dos medallas y dos bandas recibidas en sus diferentes premios, y un recorte de la publicación
Noticias gráficas donde se destacaba su participación en
Abajo los hombres. No se fijó ninguna indemnización, si bien la sentencia matiza que "el ataque a la personalidad solo es evidente en cuanto se ha decidido sin la autorización de la interesada" (
Revista Jurídica Argentina La Ley, vol. 26, 1942).
Son las pocas noticias que tenemos de su estancia en Sudamérica. Por un familiar lejano, sabemos que regresó a España y se instaló en un ático en Madrid. No hay constancia de que volviera a actuar.