miércoles, 11 de marzo de 2020

Películas desaparecidas o no localizadas (VII)

Rodada entre febrero y marzo de 1936 en los estudios Lepanto de Barcelona, El amor gitano estaba producida por Alianza Cinematográfica Española, la delegación española de la UFA de Berlín. La prensa de la época la anunció a bombo y platillo como "la película de las siete estrellas", ya que su elenco protagonista representaba a muy variados registros artísticos: Mapy Cortés y Maruja Sanchiz a la revista moderna, Rodolfo Blanca a la zarzuela, Porfiria Sanchiz y Fernando Cortés a la alta comedia, "Guerrita" al flamenco, y Lolita Sotomayor y "La Yankee" a las variedades. Si las enumeramos, es fácil comprobar que las estrellas fueron finalmente ocho.

Esta fue la única ocasión en que coincidieron en una película las hermanas Porfiria y Maruja. El inminente estallido de la guerra civil y el posterior abandono de su carrera artística por parte de Maruja impidieron que se pudieran encontrar de nuevo sobre un escenario o un plató. El amor gitano fue la tercera y última película del director mejicano Alfonso Benavides y, al igual que sucedió con otras películas de ese periodo inmediatamente anterior al conflicto bélico, fue maltratada por la historia, cargando para siempre con la etíqueta de maldita. De hecho, su estreno se retrasó al 4 de abril de 1937 en el cine Rialto de la capital, pasando sin pena ni gloria debido a las circunstancias especiales del momento.

Lo poco que sabemos de ella es fruto de las escasas críticas o comentarios conservados en la prensa. Estos dan cuenta de un acaramelado baile entre Maruja y el actor Fernando Cortés y de una visión bastante benévola hacia la raza gitana en contraposición al de los "payos", que salen bastante malparados, cuestión esta que ha hecho que algún historiador muestre su extrañeza al hecho de que una productora ligada al régimen nazi diera vía libre a este argumento.

Curiosidades aparte, el filme no salió nada bien parado: "(...) en Amor gitano no hay gitanos ni amor, porque el argumento, aparte de ser ñoño e insípido, carece de continuidad, porque en el film no hay ambiente, todos los personajes son falsos, están fuera de situación, e incluso cuando quiere imitar a las revistas musicales que todos hemos visto, realiza un ´ballet´ en que las figuras parece que hacen gimnasia sueca. Mi querido amigo, el cine no es eso. Y si usted ha querido reflejar en su película el ambiente andaluz, ha fracasado en toda la línea. Andalucía no es así; ni los gitanos tampoco (...)" (La Vanguardia, 27-10-1936).



1) Cartel de El amor gitano (Alfonso Benavides, 1936); 2) La bailarina y artista La Yankee en una fotografía de estudio (Fuente: Javier Barreiro); 3) El actor y escritor de origen portorriqueño Fernando Cortés. 

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