Reconozco que a Philip Kerr le perdí un tanto la pista después de una lectura que me supo a poco -
El infierno digital- y otra que me decepcionó sobremanera -
Esaú-, sobre todo tras esa obra maestra que parecía no tener visos de continuidad -
Una investigación filosófica-. Tenía vagas noticias de una suerte de saga ambientada en la Alemania Nazi, pero las citadas experiencias previas me habían mantenido al margen de la misma. Quizá porque el castigo ya duraba demasiado tiempo, quizá porque había leído críticas elogiosas sobre ese entramado llamado Berlín Noir, lo cierto es que me decidí a darle un nuevo voto de confianza a Kerr y a Si los muertos no resucitan, ¿último? episodio de una serie protagonizada por un ex agente de la Kripo, la Policía Criminal Alemana. Sólo tuve que leer las primeras páginas para certificar que me había equivocado totalmente con mi ignorancia de todos estos años. Es más, ya me apresuro a hacerme con los otros volúmenes de la ¿tetra, penta, hexalogía?, pues tanto el personaje y la trama, como los acerados diálogos y la acción vertiginosa, me recuerdan a los grandes maestros de la novela negra americana, llámense Burnett, Goodis o Hammett. La novela se escinde en dos espacios temporales y físicos separados por casi veinte años que, en lugar de quebrar el ritmo narrativo, acrecienta el interés por los personajes. Bernie Gunther tiene madera para convertirse en el nuevo Sam Spade, el Philip Marlowe de una saga llamada a hacer historia. Os seguiré contando.
No he leído este título que comentas, pero sí los tres de la serie inicial (en la remota edición de Mondadori), y he de asegurar que es absolutamente recomendable para los amantes de la literatura policíaca, por no decir de la literatura en general. Tetra, penta o hexa, me tendrá también de su parte. Abrazos.
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