jueves, 30 de agosto de 2012

Vistas de San Petersburgo


Oteando el Hermitage desde la distancia



La impresionante Casa del Libro ("Dom Knigui") en la Avenida Nevski

lunes, 27 de agosto de 2012

En la Ruta Millenium



No es ninguna casa de cuento, sino en la que Stieg Larsson situó la vivienda de Mikael Blomkvist. Situado en el número 1 de la calle Bellmansgatan, en la isla de Södermalm, al ático del periodista se accede por una pasarela metálica y se disfruta de maravillosas vistas de Estocolmo.

martes, 21 de agosto de 2012

Un Botton doble, por favor

Todavía reciente su Miserias y esplendores del trabajo, Alain de Botton nos regala una ración doble de su inconfudible estilo. Como promotor de la asociación "The school of life", dirigida a aprovechar mejor el tiempo con fines útiles, ha presentado en nuestro país los primeros títulos de su colección ensayística, editados en formato pequeño y con apenas un centenar de páginas cada uno. Centrados en diferentes temas que afectan a la cotidianidad de la sociedad contemporánea, De Botton se ha ocupado del volumen que aborda las relaciones sexuales en la actualidad. Cómo pensar más en el sexo (Ediciones B, 2012) reflexiona sobre nuestra forma de asumir una cuestión inherente a nuestro modus vivendi, sobre las alegrías y preocupaciones que nos genera, y sobre la forma de encararla de un modo racional que no excluye la pasión. Acudiendo a ejemplos prácticos de relaciones habituales, De Botton nos abre caminos que quizá ya habíamos pensado transitar, y no elude cuestiones antaño tabúes como la masturbación, las orgías o el sexo mercenario.
Pero si el librito nos ha sabido a poco, aún tenemos la posibilidad de recurrir a Religión para ateos (RBA, 2012), un ensayo ya del grosor habitual en la bibliografía del suizo, escrito no con la vocación de convencer al no creyente, sino con la de hacerle pensar en las ventajas de tomar de cada religión los valores y actitudes que más pueden hacer por mejorar su vida. Con su característico estilo seductor, rebosante de ideas y acopio de lecturas, De Botton lucha en cada párrafo para hacernos creer que no todo dogma tiene por qué ser rechazado de plano, sino que cada uno merece que nos adentremos en él para separar el grano de la paja, el fervor de la utilidad. Con más tiempo para extenderse que el que le conceden habitualmente en sus programas televisivos, el autor de El placer de sufrir vuelve a demostrarnos que hoy por hoy es uno de los sociólogos más preclaros del panorama actual.

lunes, 13 de agosto de 2012

Disentir todavía es posible

Hace tiempo que vengo barajando la idea de escribir una especie de decálogo sobre mis razones para no darme de alta en facebook ni en ninguna de las redes sociales tan boyantes hoy día. Mientras me decida a hacerlo, os dejo un artículo de mi ex-maestro -pero maestro siempre- Carlos Colón que podría erigirse perfectamente como uno de los artículos del susodicho decálogo:

http://www.diariodesevilla.es/article/opinion/1327345/redes/o/tribus.html


jueves, 9 de agosto de 2012

Parodia sana


Alguien dijo una vez que una de las actitudes más sanas y reconfortantes es reírse de uno mismo. El ombliguismo, el chauvinismo siempre han sido malos consejeros, ya que la mayoría de las veces impide ver la realidad tal como es cayendo en el más absoluto de los ridículos. Es algo que tuvieron claro desde que montaron su productora, Mundoficción, los sevillanos Alberto López y Alfonso Sánchez. Sus cortometrajes son ya leyenda en el mundo cibernético por su enjundioso y caricaturesco retrato de algunos estereotipos sociales, pero sobre todo por su acerada visión de la sociedad sevillana representada por uno de sus perfiles más identificativos: el señorito o "pijo" de copa de balón, cofradía, patillones y machito bravo.
El éxito de su propuesta a nivel nacional, con marcada incidencia en su hábitat natural, les ha animado a atreverse con su primer largo, El mundo es nuestro, asumiendo el riesgo de que su estilo, más próximo al sketch y a la brevedad, pudiera encontrar difícil ensamblaje con la duración estándar de una película. Pero para paliar ese hándicap, Sánchez, director de orquesta en la cinta, ha demostrado ser un tipo listo, ya que ha circunscrito la acción a un escenario muy limitado -el atraco a una sucursal bancaria-, permitiendo por tanto que tanto el tono paródico como el trazo grueso habituales de sus cortos encuentre fácil acomodo en un espacio reducido, ahora con más personajes, cada uno de los cuales asume un rol bien conocido por los que han frecuentado la sociedad hispalense: la reportera pluriemplada que lo mismo cubre un suceso que la Semana Santa, los atracadores "canis", la pareja de novios a la antigua, el empresario mafioso, la señora de la limpieza cotilla, la empleada con ganas de darse una alegría, el director de banco amigo de los desfalcos...
Sin embargo, aunque el grueso de la punzante pero amable crítica de El mundo es nuestro vaya dirigida contra una forma de entender la vida que prioriza el paso de una cofradía antes que la resolución de un atraco con rehenes, la película también carga desde el humor -recordando a algunos clásicos españoles como Atraco a las tres o La estanquera de Vallecas- contra la situación de crisis actual en la que los bancos se han erigido en protagonistas frente a los que los de a pie somos meros monigotes en sus inmensas manos. La efectividad de su discurso paródico no rayaría a la misma altura sin un equipo actoral que clava a cada uno de esos personajes tipo, elevando lo que podría hacer sido un mero divertimendo en una de las revelaciones del año. Quizá el cine español, que atraviesa también uno de sus peores momentos, debería seguir su ejemplo para buscar esas nuevas fórmulas que a veces están más cerca de lo que pensamos.

miércoles, 1 de agosto de 2012

The reader´s diary (X)

Aunque entre una y otra existan diferentes gradaciones, básicamente hay dos grandes modos de biografiar, de contar la vida de otro: la biografía pura y dura, que se ciñe en orden cronológico a las fechas más significativas y a las obras más relevantes dejadas por el homenajeado, y la biografía literaria, la que, apoyándose en algunos datos conocidos de la persona en cuestión, elabora una trama narrativa donde la ficción convive con la realidad para ofrecernos un personaje más que una persona. Ambas son formulaciones válidas para lograr el mismo objetivo: acercarnos a una vida lo suficientemente interesante como para merecer el esfuerzo.
En el primer grupo podría encuadrarse El tiempo es un sueño pop (RBA), biografía de Juan Bonilla sobre Terenci Moix que mereció el último premio Gaziel. Acostumbrado a lidiar con todo tipo de géneros, o quizá sería mejor decir, a imbricarlos unos con otros para lograr extraños híbridos de ensayo y ficción, Juan Bonilla demuestra con este solvente trabajo que también es capaz de imponer su estilo a un proyecto más académico de los que suele atacar con su ocurrente y chispeante pluma. Envuelto en su capa de periodista -entrevistó a Moix en el sevillano hotel Alfonso XIII revelando que las entrevistas con el escritor no podían ser cualquier cosa- y amigo, Bonilla deja más espacio en su volumen para los primeros pasos del Moix escritor, su titubeante acceso al mundo literario en una Barcelona vanguardista, y esas primeras novelas en las que ofreció lo mejor de sí mismo. Menos campo deja para el Moix más popular, el de El amargo don de la belleza o El arpista ciego, quizá porque todos conocemos más esa historia de vedette y tiple amante de figurar en cualquier sarao televisivo. Bonilla entra al trapo en sus creaciones, las sopesa y las valora en su justa medida, hablando también de proyectos frustrados, de encargos, de pasajes delirantes y cruentos en su agitada vida, de una memoria cinematográfica enciclopédica que envidiaría el mismo Georges Sadoul... Además del conocimiento de su propia persona, Bonilla recurre al valioso testimonio de su hermana Ana María Moix, a críticas de suplmentos y revistas, o a la imprescindible correspondencia. El resultado, un libro que nos acerca al Moix más íntimo y también al más extrovertido, y que a buen seguro el homenajeado habría aprobado con creces.
Los amores oscuros (Temas de Hoy) pertenece, en cambio, al segundo grupo de biografías. Tomando como punto de partida la revelación hallada en el estudio de Agustín Penón sobre el último amor de Federico García Lorca, el también jerezano Manuel Francisco Reina -contando con testimonios del propio Juan Ramírez de Lucas, de amigos íntimos de la pareja, cartas y documentos inéditos- narra los últimos años del poeta tal como pudieron haber ocurrido a raíz de estas revelaciones, situando como protagonista al joven amor del poeta, quien desde la cama de un hospital decide contar su vida a la doctora que le atienda y, de paso, también al lector. Situándose en esta perspectiva amorosa, pero sin caer en el folletín lacrimógeno, Reina nos introduce en ese Madrid de la República donde la cultura hervía por cada rincón, pero también en esa capital que empezaba a resquebrajarse con los desafueros de los descontentos, precipitando esa guerra que acabaría con todo, también con ese amor oscuro que navegaba a contracorriente, condenado de antemano. Emocionante y con gran poder evocativo, Los amores oscuros nos confirma el talento de un joven narrador que ya había dado suficientes muestras en creaciones anteriores.