miércoles, 22 de abril de 2020

Películas desaparecidas o no localizadas (y VIII)


Junto al recitado de un poema de Rubén Darío para Stress es tres, tres (Carlos Saura, 1968), la otra ocasión en la que la peculiar voz de Porfiria Sanchiz fue elegida para el cine fue para el documental Valencia y sus naranjos (Martín Domingo, 1937), producido por la entidad anarquista SUICEP (Sindicato Único de la Industria y Espectáculos Públicos), afín a la CNT.

El documental, de escasos diez minutos de duración, se centraba en la recogida de la naranja, su sistema de almacenamiento, así como su selección y envasado de cara a la exportación. Estaba integrado en un plan de producción junto a Carbón vegetal (Pepe García, 1937) y Solidaridad valenciana (Fernando Roldán, 1937). Además de intereses puramente económicos en un período tan difícil para el cine y el teatro -recordemos que Porfiria se integró durante el conflicto en la compañía de Gaspar Campos-, puede que en la decisión de la actriz de participar en el mismo también pesaran los orígenes valencianos de su familia. Francisco, su padre, había nacido en Gandía y sus ascendientes directos también procedían de la zona. Aunque su voz en off fue la única que se utilizó para el documental, hay datos de que el actor Ángel Álvarez (1906-1983) contribuyó con algunos comentarios que fueron grabados en los estudios Ballesteros, aunque no sabemos si finalmente figuraron en la locución final.

Desconocemos la fecha de estreno con exactitud, pero sabemos que el 11 de abril de 1937 ya se proyectaba en dos pases en el cine Capitol de Madrid. La productora SUICEP amparó también los tres documentales de la serie Estampas guerreras (Armand Guerra, 1937), Hijos del pueblo (Martín Domingo, 1937), Castilla libertaria (Méndez Cuesta, 1937), Frente libertario (Méndez Cuesta, 1938), así como ¡Así venceremos! y Evacuación (Fernando Roldán, 1937).

miércoles, 11 de marzo de 2020

Películas desaparecidas o no localizadas (VII)

Rodada entre febrero y marzo de 1936 en los estudios Lepanto de Barcelona, El amor gitano estaba producida por Alianza Cinematográfica Española, la delegación española de la UFA de Berlín. La prensa de la época la anunció a bombo y platillo como "la película de las siete estrellas", ya que su elenco protagonista representaba a muy variados registros artísticos: Mapy Cortés y Maruja Sanchiz a la revista moderna, Rodolfo Blanca a la zarzuela, Porfiria Sanchiz y Fernando Cortés a la alta comedia, "Guerrita" al flamenco, y Lolita Sotomayor y "La Yankee" a las variedades. Si las enumeramos, es fácil comprobar que las estrellas fueron finalmente ocho.

Esta fue la única ocasión en que coincidieron en una película las hermanas Porfiria y Maruja. El inminente estallido de la guerra civil y el posterior abandono de su carrera artística por parte de Maruja impidieron que se pudieran encontrar de nuevo sobre un escenario o un plató. El amor gitano fue la tercera y última película del director mejicano Alfonso Benavides y, al igual que sucedió con otras películas de ese periodo inmediatamente anterior al conflicto bélico, fue maltratada por la historia, cargando para siempre con la etíqueta de maldita. De hecho, su estreno se retrasó al 4 de abril de 1937 en el cine Rialto de la capital, pasando sin pena ni gloria debido a las circunstancias especiales del momento.

Lo poco que sabemos de ella es fruto de las escasas críticas o comentarios conservados en la prensa. Estos dan cuenta de un acaramelado baile entre Maruja y el actor Fernando Cortés y de una visión bastante benévola hacia la raza gitana en contraposición al de los "payos", que salen bastante malparados, cuestión esta que ha hecho que algún historiador muestre su extrañeza al hecho de que una productora ligada al régimen nazi diera vía libre a este argumento.

Curiosidades aparte, el filme no salió nada bien parado: "(...) en Amor gitano no hay gitanos ni amor, porque el argumento, aparte de ser ñoño e insípido, carece de continuidad, porque en el film no hay ambiente, todos los personajes son falsos, están fuera de situación, e incluso cuando quiere imitar a las revistas musicales que todos hemos visto, realiza un ´ballet´ en que las figuras parece que hacen gimnasia sueca. Mi querido amigo, el cine no es eso. Y si usted ha querido reflejar en su película el ambiente andaluz, ha fracasado en toda la línea. Andalucía no es así; ni los gitanos tampoco (...)" (La Vanguardia, 27-10-1936).



viernes, 21 de febrero de 2020

Películas desaparecidas o no localizadas (VI)

Las fechas de estreno de Hamelín (Luis María Delgado, 1968) nos pueden servir de referencia para calibrar la escasa repercusión que tuvo y esa etiqueta de película maldita con la que carga casi desde que a alguien, cautivado por la moda ye-ye de la época, pensó que podría ser una buena idea cambiarle al célebre personaje del cuento la flauta por la guitarra y pergeñar un musical adaptado a los tiempos modernos: el 2 de agosto de 1969 lo hace en Bilbao, y casi un año después, el 22 de junio de 1970, en Madrid. La incipiente fama de Miguel Ríos, que entonces estaba en la cresta de la ola, y que ya había probado suerte en el cine, hizo el resto. aliñando el filme con canciones propias y de otros grupos famosos de esos años como The Mode o Camilo y los Botines.

Lamentablemente, no podemos confrontar los resultados con los bienintencionados propósitos, ya que las dos copias que hemos localizado -en la Filmoteca Española y en la Filmoteca de Cataluña- se encuentran en mal estado y no están disponibles para su visionado. Gracias a la prensa y revistas de la época, sabemos que el argumento variaba poco: Miguel Ríos interpretaba al joven protagonista, quien sale a buscar aventuras topando en su camino con un anciano, al que salva la vida. En recompensa recibe una guitarra mágica, con la que consigue erradicar la epidemia de ratones que asola un pequeño pueblo. Tras algunos dimes y diretes, el joven se casa con la hija del burgomaestre.

No podemos precisar tampoco qué papel interpretó Porfiria Sanchiz en tal aparente desaguisado, aunque imaginamos que pudo ser alguna de las lugareñas que pondría a prueba la paciencia del bueno de Hamelín.

El rodaje transcurrió en gran parte en el paraje segoviano de El Espinar, un escenario muy frecuente para localizaciones de películas. Las críticas, quizá conscientes de las condiciones de vehículo para la joven estrella musical, no metieron el dedo en la llaga y se centraron en su función de entretenimiento para la familia. Porfiria repetiría acto seguido con Delgado en otra película tampoco demasiado afortunada, Mi marido y sus complejos (1968).



jueves, 5 de diciembre de 2019

Maruja Sanchiz, la starlet efímera (y III)

Mientras sigue triunfando sobre el escenario del Teatro Cómico con revistas como La de los ojos en blanco, Maruja Sanchiz es una de las elegidas, junto a su hermana Porfiria, para integrar el reparto de El amor gitano, de Alfonso Benavides, cuyo rodaje tiene lugar entre los meses de febrero y marzo de 1936 en los Estudios Lepanto de Barcelona, con grabación de exteriores en Granada y Ronda. Empieza a ser conocida en el mundillo farandulero como "la ingenua cien por cien". Solo tiene 19 años y su carrera parece estar en el mejor momento, en ese estado crucial en el que puede subir como la espuma o desmoronarse como un castillo de naipes.

En el set de rodaje de su segunda película recibe la noticia de que ha sido designada "Miss Teatro Cómico 1936", resultado de un certamen en el que diferentes personalidades culturales eligen a la actriz más destacada de cada teatro barcelonés. Según el cronista de El Heraldo de Madrid (14-3-1936): "su cara bella y fotogénica y su figura esbelta y elegante nada tienen que envidiar a las más celebradísimas stars que pueblan el mundo de Cinelandia". La actriz recibe la banda correspondiente al término de su actuación en la revista Son naranjas de la china que representa en el mismo teatro.

Pero la alegría estalla de nuevo, cuando apenas veinte días después, el 4 de abril, es elegida "Miss Teatro 1936" entre las nueve aspirantes que representan a los principales teatros de Barcelona, entre ellas Virginia Zuri o Teresita Pujol. El acto de entrega del galardón se celebró en el marco de un festival organizado por el periódico Las noticias. Los piropos de los reporteros, como era de esperar, son pródigos y zalameros: "Sus compañeras, las vicetiples del Cómico, la miran con admiración; los caballeros gruesos de la primera fila de butacas sonríen beatíficos, mordisqueando el puño del bastón, cuando ella desfila por la pasarela; en el coro destaca, a veces, porque lleva un pañuelo de otro color que sus compañeras, o porque luce un más breve culotte, o sonríe con más gracia, etc." (Crónica, 12-4-1936). Este premio, que culmina una trayectoria jalonada de distinciones, la hacen presa fácil de los cotilleos de la hoy llamada prensa "rosa". De ahí que El Mundo Deportivo lance el bulo de que Maruja se va a casar con el fakir indio "Blacaman", que esos días está de gira por Barcelona.



Lo que sí es cierto es que los empresarios del madrileño Teatro Chueca tratan de ficharla para su coliseo, pero la actriz renuncia a la oferta al tener sobre la mesa una para rodar tres películas y otra para prolongar su estancia en los teatros catalanes, en este caso en el Tivoli, para quienes interpretará la revista Melodías en jazz. También ha recibido propuestas de la actriz mejicana afincada en España Margarita Carvajal y ha sido nuevamente elegida miss de un producto de belleza. Su agenda social tampoco descansa, y entre otros actos, acude el 24 de mayo a la inauguración del Centro-Estudio de Artistas Cinematográficos.

Aunque trata de despistar a la prensa con la fecha, no puede evitar que los medios se hagan eco de su boda -esta vez de verdad- con el dibujante e inventor cubano Julián Segura Bacardí el 10 de octubre. Su nuevo estado sentimental, unido a las dificultades laborales generadas por el estallido de la guerra civil, harán que Maruja tome la decisión de emigar a Méjico, donde su marido debía tener contactos y buena parte de su negocio. La oscuridad se cierne desde ese momento sobre el periplo de la actriz. Aunque nos reservamos algunas dudas, parece que participó en papeles secundarios en tres filmes rodados en su país de acogida: Refugiados en Madrid (1938), El circo trágico (1939) y Odio (1940), y uno posterior en el de su marido: Hitler soy yo (1944).

Sí sabemos con seguridad que el 31 de marzo de 1938 presentó una demanda contra la empresa Piccardo y Cía. por publicar una foto suya, tomada por Compal, en la revista argentina Ahora (21-6-1937) anunciando una marca de cigarrillos con la leyenda "Un nuevo placer para la dama porteña". Aunque no hemos podido localizar la sentencia completa del juicio, celebrado en los juzgados argentinos, sabemos que la defensa esgrimió como argumento la inexistencia de antecedentes artísticos de Maruja en ese país, y que la actriz presentó como prueba dos medallas y dos bandas recibidas en sus diferentes premios, y un recorte de la publicación Noticias gráficas donde se destacaba su participación en Abajo los hombres. No se fijó ninguna indemnización, si bien la sentencia matiza que "el ataque a la personalidad solo es evidente en cuanto se ha decidido sin la autorización de la interesada" (Revista Jurídica Argentina La Ley, vol. 26, 1942).

Son las pocas noticias que tenemos de su estancia en Sudamérica. Por un familiar lejano, sabemos que regresó a España y se instaló en un ático en Madrid. No hay constancia de que volviera a actuar.


miércoles, 20 de noviembre de 2019

Porfiria Sanchiz dibujada (y VI)

"Picardía inteligente". Así definió el crítico teatral de ABC la actuación de Porfiria Sanchiz en la obra El burgués gentilhombre, estrenada el 6 de mayo de 1948 en el Teatro Español. Fue la primera y única ocasión en la que la actriz participó en una comedia de Molière, uno de los autores con los que prendió su afición al teatro. La caricatura elegida para la ocasión no podía dejar de resaltar, como siempre, sus enormes ojos, que destacan sobremanera en un rostro calzado con un sombrero adornado con plumas, y un tanto estrafalario.

Esta etapa final de Porfiria en el coliseo de la plaza Santa Ana se caracteriza por el predominio de las comedias, donde podía dar salida a su instinto nato para la astracanada, la parodia o la sutil inteligencia de los equívocos y situaciones ambiguas. Así lo debió ver  Edgar Neville para darle uno de los papeles principales, junto a Conchita Montes y Mercedes Albert, en el reparto de Marea baja, adaptación de una obra de Peter Blackmore realizada por la propia Montes, y estrenada en función única por el Teatro de Cámara el 3 de junio. Se da la circunstancia de que esta obra acompañará a la actriz durante varios años, ya que solo un mes después Cayetano Luca de Tena la dirigirá para el Teatro Español con algunos cambios en el elenco, y la reestrenará de nuevo en septiembre para inaugurar la temporada, logrando un gran éxito que la mantiene en cartelera hasta finales de año, y obliga a reponerla en marzo de 1949, esta vez en el Teatro Gran Vía. Pero ahí no acabará la cosa, ya que en abril de 1951, con motivo de la Temporada Oficial de Teatro Moderno, Porfiria formará parte de la formación que representará de nuevo la obra en el Teatro Lope de Vega de Sevilla. Las caricaturas para esta obra singular, que tiene como protagonista a una sirena, dibujaron esta vez a una Porfiria de larga melena rubia, figura estilizada y ademanes un tanto aristocráticos.





Una de las pocas veces que la actriz tuvo un protagonismo absoluto sobre el escenario fue en Juno y el pavo real, de Sean O´Casey, que supuso además su reaparición, tras un tiempo apartada de los escenarios madrileños. El estreno tuvo lugar el 3 de mayo de 1955 en el Teatro Español a cargo del Teatro Nacional de Cámara y Ensayo, formación que se había especializado en llevar a las tablas textos de difícil acceso para el espectador español, y para la que Porfiria intervino en varias obras. El cronista del Ya dice que la actriz "estuvo llena de dominio y seguridad, dándole al tipo toda su entereza y un sobrio dramatismo en el final". La ilustración del diario ABC la dibuja de perfil acentuando la fuerza de su personaje, que sabe sobreponerse a todas las desgracias de su familia, haciendo inevitable dirigir la mirada a su rostro decidido y enérgico. 


Para la directora del Teatro Nacional de Cámara y Ensayo, Carmen Troitiño, Porfiria volvió a ser protagonista absoluta en su obra Si llevara agua, ganadora del Premio Benavente, y una de las escasas muestras de teatro católico escrito en España con cierto sentido crítico equiparable al que hacían en el extranjero un Bernanos o un Guareschi. Se estrenó en función única en el Teatro de la Comedia el 11 de junio de 1955, y Porfiria volvió a recibir grandes parabienes: "se distinguió singularmente Porfiria Sanchiz como actriz dramática en un papel difícil al que dio elocuentes acentos, intensidad y variedad de matices (Nicolás García Ruiz, Ya, 11-6-1955). Su personaje, que se muestra vengativo con las esposas chismosas de la trama confesando haber sido amante de sus maridos, vuelve a mostrarse casi como un dibujo animado, en una pose y estilismo más cercanos a lo animal que a lo humano.

La última vez que nos consta que Porfiria fuera dibujada en la prensa fue con motivo del estreno de Garrote vil a un director de banco, obra del periodista y dramaturgo, Joaquín Calvo Sotelo, acreedor del Premio Nacional de Teatro por varias de sus obras, entre ellas La visita que no tocó el timbre. Sin embargo y, a tenor de los juicios expresados por la prensa de la época, aquí no hiló muy fino, cayendo en los tópicos de la comedia más insípida. Porfiria hizo lo que pudo para salir indemne de los golpes, componiendo un personaje que, según su caricatura -vestida con pulcritud, con gafas y muy seria-, parecen acercarla a otros personajes incorporados en el cine, como los de Las gemelas (1962) o Mi marido y sus complejos (1968).


lunes, 4 de noviembre de 2019

Porfiria Sanchiz dibujada (V)

Porfiria Sanchiz fue una de las actrices más aplaudidas en el estreno español  de la obra de Shakespeare El sueño de una noche de verano que tuvo lugar el 7 de diciembre de 1945. Adaptada con un derroche de lujo y creatividad por parte de Cayetano Luca de Tena, Porfiria incorporó a Hyppolita, la reina de las amazonas, prometida de Theseus, duque de Atenas. A la hora de retratarla, los caricaturistas volvieron a hacer hincapié en un rostro ovalado y empequeñecido ante unos ojos desmesurados que acaparaban toda la atención.

Y siguieron por la misma senda con su personaje en la obra calderoniana El médico de su honra, estrenada en el Español en octubre de 1946, en un año en el que su retorno a la gran pantalla con títulos como Senda ignorada o Audiencia pública le dejaron menos tiempo para los escenarios. Su caricatura elegida para la crítica del diario ABC la presentan con los rasgos exagerados y animalizada en un dibujo que podría acercarla casi a un reptil.

Mucho más comedida es la actitud del dibujante del periódico Ya para su personaje de Isabel -"llena de intención y verdad", según el cronista del ABC- en La malcasada de su querido Lope de Vega, estrenada el 14 de febrero de 1947. Porfiria aparece la primera por la izquierda en un dibujo coral que incluye también a Luca de Tena y a otros miembros del equipo técnico. Aun así, era inevitable remarcar su mirada intrigante y siempre desconcertante.

Pero quizá la caricatura más lograda de este período sea la incluida en el ABC para la cartelera teatral del 28 de mayo de 1947 con motivo del estreno de la obra de Priestley El tiempo dormido. Porfiria aparece en pleno centro del dibujo elegantemente ataviada y sonriendo ladinamente con unos rasgos que la acercan en el tiempo a personajes animados como el de Cruella Deville. Su actuación fue digna de elogio: "Porfiria Sanchiz encarna un personaje de difíciles perfiles con el más seguro, firme y convincente tono" (ABC, 24-5-1947).




jueves, 19 de septiembre de 2019

Películas desaparecidas o no localizadas (V)

Usted tiene ojos de mujer fatal fue la segunda adaptación al cine de una obra del dramaturgo Enrique Jardiel Poncela, un autor muy querido por el cine, ya que sus textos sirvieron de base argumental para dieciséis películas. De hecho, Usted tiene ojos de mujer fatal, dirigida por Juan Parellada y basada en la propia novela del autor Pero... ¿alguna vez hubo once mil vírgenes?, conocería dos versiones posteriores, una de Ramón Peón en 1945 y otra de José María Elorrieta en 1962.

Junto a El amor gitano y Los claveles compone el terceto de filmes desaparecidos de Porfiria Sanchiz antes del estallido de la guerra civil. Aunque su rodaje transcurrió entre los meses de abril y mayo de 1936 en los estudios Lepanto de Barcelona con exteriores en Sitges, la película no pudo ser terminada antes del conflicto, lapidando sus posibilidades de éxito y retrasándose su estreno en la capital de España hasta el 21 de septiembre de 1939. Una de las anécdotas del rodaje fue la visita al set del dramaturgo Jacinto Benavente.

En la película Porfiria interpreta el personaje de Francisca Montánchez, ausente de la novela original, una joven enamorada, como casi todas, del apuesto Sergio, un seductor aparentemente indomable. Para tratar de conquistarle se ofrece a ocupar el puesto vacante de su secretaria. Pero viendo lo infructuoso de su empeño, decide prometerse con Indalecio, el chófer de Sergio, un tanguista argentino aprendiz de seductor que la trata con malos modos.


 En el blog especializado Jardiel en el recuerdo retratan de este modo a su personaje: "Francisca Montánchez es una mujer esbelta, de edad indecisa, elegante y con aire dramático. Natural de Albacete, es algo histérica, y ha nacido para llorar, según dice. Cada vez que hace alguna exclamación invoca a algún santo o alguna virgen".