viernes, 30 de noviembre de 2012

A una amiga



Niña de cristal, ¿Dónde te metiste
en estos días negros de silencio atroz?,
¿dónde escondiste las alas
que no pudieron salvarte,
las trenzas rojas de Rapunzel herida?
Te rompiste como una marioneta vieja
olvidada por su creador.

Niña de luto, eterna fugada
de una prisión que sólo tú veías
y a la que volvías cuando parecías escapar.
Pintora de sueños imposibles,
que ahora juegas con las estrellas
por pensar que ya no pintabas nada.
Ahora falta luz en el lienzo
que nunca terminaste.
Sólo se escucha un ruido sordo, opaco,
tan frágil y breve como fue tu vida,
llena de aristas y cortes transversales.

Niña perdida, ¿adónde irás
si no sabes el camino de vuelta?

2 comentarios:

  1. Hay una tristeza infinita de fondo en este poema. Cuando el filósofo se pregunta por el sentido de la realidad, bien podría recibir como respuesta estos versos.

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  2. Gracias por el halago, Juan Carlos. Fue una noticia muy dura que me obligó a sacar a ese poeta escondido que creo todavía conservar.

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