miércoles, 21 de agosto de 2013

The Reader´s Diary (XXII)

Karoo y James Sveck comparten algo más que el protagonismo absoluto de dos de las novelas más celebradas de los últimos años: son diferentes, inadaptados, asociales y presentan grandes problemas de entropía con el mundo que les rodea al igual que gozan de una facilidad innata para herir a las personas más cercanas. Aunque les separan muchos años de edad -Karoo está en la cincuentena y Sveck es un preuniversitario- no he podido dejar de establecer lazos de unión entre uno y otro, por mucho que el contexto narrativo y los intereses de los personajes difieran bastante entre sí. Karoo es un extravagante guionista de Hollywood que remienda las creaciones de otros con el objetivo declarado de otorgarles su pertinente prurito de comercialidad. Su matrimonio se fue al traste hace tiempo, es alcohólico "anestesiado", tiene un hijo adoptado al que intenta acercarse y, last but not least, en su búsqueda de la madre verdadera del chico, se enamora perdidamente de ella y cree ser feliz. Sveck es un adolescente introvertido, apasionado lector de Trollope y Shakespeare, potencialmente homosexual, a quien le cuesta entablar relaciones sociales y descree del futuro universitario común.
Karoo (Seix Barral, 2013), de Steve Tesich -guionista de El mundo según Garp- se publicó tras la muerte del autor, ingresando inmediatamente en la lista de novelas de culto de las últimas décadas. Tras la traducción francesa, recibió el Premio Mémorable a la mejor novela inédita, convirtiéndose en el bestseller sorpresa de la temporada literaria. El estilo de Tesich es muy visual -nada extraño, si tenemos en cuenta sus orígenes- y nos sumerge de lleno en la estrambótica vida de este personaje enfermizo, condenado a fracasar en todos los proyectos vitales en los que se embarca, al contrario que en su vida profesional, al menos si se aborda desde una óptica lucrativa y no ética. A pesar de su más que dudoso proceder, Tesich consigue hacer simpática a su criatura tiñéndola de claroscuros, intercalando risa y tragedia con la pausa necesaria para cogernos desprevenidos. No sé si Sam Mendes se habría leído la novela antes de American beauty, pero creo que el personaje de Kevin Spacey le debe mucho a Karoo.
Algún día este dolor te será útil (Libros del Asteroide, 2012), de Peter Cameron, confirma a su autor como uno de los escritores norteamericanos -quizá junto a Franzen y Eugenides- que mejor ha diseccionado a la familia y sus relaciones. Narrada en primera persona, el tierno pero también agrio retrato de James Sveck es un dardo en la diana del american way of life. La familia desestructurada intenta mantener las apariencias, pero todas las costuras están al aire y Sveck nos las va enseñando sin tapujos, dando rienda suelta a sus pensamientos más recónditos o aireándolas en las consultas terapéuticas a las que acude presionado por su madre. Dotada de un lirismo casi invisible, la novela de Cameron transita por aguas cenagosas haciendo gala de un aparente mínimo esfuerzo que no es tal, sino todo lo contrario. El final abierto nos hace desear una continuación, aunque ignoro si estará en la mente del autor. La semilla, al menos, ya está plantada. 

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