jueves, 5 de septiembre de 2019

Maruja Sanchiz, la starlet efímera (II)

Era cuestión de tiempo. A finales de 1935 Maruja Sanchiz gana el segundo premio del concurso a la bañista más bella y mejor presentada en maillot de Barcelona, un galardón cuando menos curioso que, no obstante, le sirvió para ir escalando posiciones en el complicado y competido mundo de la farándula y la escena artística españolas. Organizado por la revista Crónica, Maruja aprovecha su momento de gloria en la entrevista que le concede a la publicación para declarar sus deseos de emular a una Pávlova o a una Tórtola Valencia, y para dejar claro que no solo es un cuerpo y una cara bonitos, pues atesora en su biblioteca algunas de sus novelas favoritas como Los últimos días de Pompeya.

Pero en aquellos tiempos, que quizá no hayan cambiado tanto, primaba sobre todo el físico, la imagen que se daba ante el público. Reproducimos aquí algunas perlas del reportero sobre su figura y la de Agustina Gratacós, la ganadora del premio: "Líneas finas, fuertes, de andamiaje bien construido; músculos alargados, flexibles, de mujer familiarizada con el agua y con el sol. Maruja y Agustina tienen el tipo elástico de la mujer que puede ser camarada, sin dejar de ser mujer ni un momento. Son bonitas además, que esto, por sí, ya es una ganga, y todavía les falta un rato para llegar a la edad en que los hombres entramos en caja" (Crónica, 10-11-1935).

La artista habla sobre el rodaje de su primera película, ¡Abajo los hombres! (José Mª Castellví, 1936), basada en una opereta de Pierre Clarel, con exteriores en Sant Feliu de Guixols, y cuya acción transcurría a bordo de un barco tripulado solo por mujeres. Con cierto permisivismo erótico para la época y, aunque la crítica no fue muy condescendiente con ella, la película logró aguantar nada menos que 21 semanas en la cartelera madrileña, situándose en sexta posición entre las películas más vistas durante el conflicto bélico.

Pero las buenas noticias no se acaban aquí, ya que la hermana pequeña de Porfiria es contratada como tiple en el Teatro Cómico de Barcelona, debutando el 21 de noviembre con la revista Mujeres de fuego, a la que seguiría Las de armas tomar. 

Su actuación no es de las que dejan indiferentes al respetable, sobre todo al masculino claro: "Marujita, espléndida figura, atrayente belleza, simpatía a raudales, personalidad inconfundible (...) pose totalmente vampiresca, caída de ojos, labios sensuales, poca ropita... y bien aprovechada. Bueno, a otra cosa, que nos mareamos" (Enrique Tost, El Mundo Deportivo, 19-1-1936).

1 y 2) Maruja Sanchiz posando para el concurso de la bañista más bella y mejor presentada en maillot de Barcelona (Crónica, 10-11-1935); 3 y 4) Cartel y escena promocional de ¡Abajo los hombres! (José Mª Castellví, 1936); 5) Fotografía de la actriz bajo el titular "Dos bellezas de Abajo los hombres premiadas" (El Mundo Deportivo, 13-11-1935); 6) Maruja captada en un momento de su actuación para la revista Mujeres de fuego en el Teatro Cómico de Barcelona (El Mundo Deportivo, 19-1-1936).



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