Para los maliciosos que puedan pensar equivocadamente, las dos horas son las que estuvo la autora de marras embelesando a las treinta o cuarenta personas que asistimos a su charla en la Fundación Caballero Bonald. Me apunto a esa ambivalencia porque la propia Marta hizo referencia a que, apenas unos días antes, en Tetuán, fue introducida por el presentador como una stripper de la literatura. Imaginaos las caras del respetable en un país como Marruecos. La autora tuvo que aclarar inmediatamente el malentendido antes de que se le echaran encima. Anécdotas, divertidas como ésta o más íntimas como las que reveló sobre la génesis de cada una de sus novelas, me descubrieron a una Marta Sanz lúcida, accesible, inteligente y capaz de enamorar al público, a cualquier tipo de público como pude constatar.
En este trasiego de lecturas que uno se mete en el cuerpo para no perder comba en el mercado literario, conocía sus primeras obras en Debate -El frío, Lenguas muertas y Los mejores tiempos-, fruto de esa recordada colección "Punto de Partida" que Constantino Bértolo alumbró a mediados de los 90 sacando a figuras como Josán Hatero, Germán Sierra, Begoña Huertas o la propia Marta, que sin duda es la que ha volado más alto. Sin embargo, quizá porque uno no puede evitar ser amante de las cosas pequeñas que diría Pessoa, le había perdido la pista -lectora, se entiende- desde entonces, a pesar de que su cotización había subido y ya no vendía 500 ejemplares.
La sinceridad con que habló de su proceso de escritura, sus razonadas opiniones sobre la lectura como enriquecimiento personal o el bestseller, o el ya citado impudor para comentar lo que hay de ella en cada uno de sus textos, me han hecho recapacitar y rebuscar en los catálogos de Destino y RBA, editoras de Susana y los viejos, Animales domésticos y Lección de anatomía. Sanz es también autora de un estimulante ensayo titulado La novela española hacia el nuevo milenio: algunas impresiones, que les recomiendo si son capaces de hacerse con una copia, pues lo edita el Centro de Profesores de Cuenca en una colección exquisita que merecería una mayor difusión.
Me has ganado como seguidora al leer lo que escribes pero, en especial, por esta entrada.
ResponderEliminarYo también estuve esas dos horas escuchándola y disfruté mucho (mucho muchooo) esa tarde.
El blog que haces es muy bueno.
Enhorabuena.
Gracias por tus palabras, Raquel. Me alegro que esta modesta bitácora te haya transmitido algo.
ResponderEliminar