Los seguidores de Jack London estamos de enhorabuena. A la reciente reedición de algunas de sus obras más conocidas en la colección Biblioteca de Autor de Alianza, y a la publicación de la inédita y póstuma Jerry de las islas en Ediciones del Viento, se suma ahora la aparición de El camino, publicada originalmente en 1907 y que permanecía inédita en castellano a pesar de ser una de las obras emblemáticas del autor de San Francisco. En ella London daba cuenta, con el típico vigor que caracterizaba a sus narraciones, de su experiencia como vagabundo a lo largo y ancho de Estados Unidos, ya sea formando parte del ejército de Kelly, un grupo de unos 2.000 hombres sin trabajo que acudían a Washington para manifestarse por su situación, mendigando por las calles o subiéndose a trenes en marcha para salvar las grandes distancias.
Mucho antes que Kerouak, Hemingway, y otros grandes trotaheridos, London escribió sus experiencias como si le fuera la vida en ello, porque en él escribir y vivir iban siempre de la mano. Cómo él mismo dice en un momento del libro: "Comencé a hacer el camino porque no podía alejarme de él; porque no llevaba el coste del billete del tren en los tejanos; porque quiso la vida que no fuera capaz de trabajar eternamente en el mismo turno; bueno... porque me resultó más fácil hacerlo que no hacerlo". Con el espíritu aventurero como única bandera, London nos cuenta el drama diario de ser un sin techo en una época especialmente hostil, y asistimos a sus frecuentes estancias en prisión, a sus elaboradas historias para conseguir algo de comida, a su enfrentamiento con la muerte y la humillación en situaciones límite. Leer a London implica, no obstante, hacerlo también entre líneas, pues algunos de los temas más candentes aparecen sin poder evitarlo, ya sea la denuncia de los abusos del capitalismo, la reivindicación de los derechos de la mujer o la exaltación de los valores individuales.
El camino es además la obra escogida por la editorial Buck para iniciar su andadura. No podía ser menos en una empresa que nace con el nombre del famoso perro lobo protagonista de La llamada de la selva. Con la intención de publicar obras inéditas o poco conocidas de la literatura norteamericana de la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX, merece también la pena acercarse a los dos títulos aparecidos de la reportera Nellie Bly, 10 días en un manicomio y La vuelta al mundo en 72 días.
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