Cuando se despertó, el cadáver de Jabba the Hutt aún seguía allí. Al sentir el olor a pescado podrido, quiso dormirse de nuevo y desaparecer del microcuento.
Me licencié en periodismo para ejercer el tiempo suficiente para no querer hacerlo más (en condiciones precarias, claro). Desde hace ocho años trabajo rodeado de mi verdadera pasión, los libros. Los vendo, los recomiendo y los ordeno. El tiempo libre me ha permitido escribir y publicar tres novelas, un libro sobre cine, algunos poemas y otros artilugios más o menos narrativos que quizá algún día vean la luz.
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