martes, 28 de abril de 2009

Tripulante de quimeras


Como sabrán los lectores más conspicuos, Oficios estelares sólo es nuevo en su tercera parte, la que, tomando el título del volumen, reúne los relatos inéditos de Felipe Benítez Reyes desde la aparición del ya lejano Maneras de perder (Tusquets, 1997). El escritor roteño ha aprovechado la publicación del mismo para revisar sus dos libros de cuentos anteriores, el mencionado y Un mundo peligroso (Pre-Textos, 1994). Aunque, puestos a compilar, echo de menos esos aforismos y piezas breves, desperdigados por Felipe en revistas y suplementos como sus magistrales "Prontuario de términos literarios para uso escolar" (Clarín nº 6 y 8) o "Fábulas morales" (Clarín nº 10) por citar sólo algunos. Sí, me diréis que estos últimos podrían englobarse mejor en un libro de artículos, tipo Gente del siglo (Nobel), pero uno mantiene la tesis de que las prosas breves de Felipe Benítez Reyes no pueden adscribirse a un género concreto, sino a un universo que está más allá de etiquetas, perdido en la niebla de las quimeras, con su lago de tesoros escondidos en forma de metáforas deslumbrantes, personajes singulares y un nudo narrativo que tiene más del célebre mcguffin hitchkotiano que del clásico relato lineal: los cuentos de Oficios estelares se agarran también a esa barandilla de los sueños donde importa más el reflejo que la realidad, la forma que el fondo, el cómo se cuenta a lo que se cuenta. Desde aquí le animo a que vaya recopilando las entradas de su reciente blog para una futura publicación con el fin de que todos, y no sólo los malllamados "bloggeros", podamos compartir pasaje con sus perdurables fantasías.

2 comentarios:

  1. Querido JC, gracias por el incienso. Lo del PRONTUARIO lo publicaré algún día como conjunto exento. El problema es que se trata de un libro inacabable, de esos que sobrepasan el tiempo de una vida.
    Un abrazo, Felipe

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  2. Pues a ver si lo vemos algún día. Un abrazo también para ti.

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