jueves, 30 de abril de 2009

Ponga un friki en su vida



¿Cómo se podría definir el término "friki" antes de que lo haga la RAE? ¿En qué subcategorías se pueden dividir los frikis? ¿Cuáles son sus derechos y obligaciones? A éstas y muchas más preguntas trata de responder el autor de este curioso librito, conocido ya para la posteridad como Señor Buebo, y fundador del Día del Orgullo Friki (el 25 de mayo, estreno de Star Wars) en el año 2006. Quien más, quien menos, conoce a un friki en su vida o cree conocerlo, pues para cumplir a rajatabla los preceptos de este curioso vocablo, heredado del original freak, con el que se designaba a los fenómenos de feria, es necesario cumplir una serie de condiciones, sobre todo que tu afición friki no se haya convertido en un fenómeno de masas que la haya hecho pasar al digamos mundo real, pues los frikis parecen vivir en un universo paralelo desde que en el colegio eran tildados de bichos raros, empollones y luego pequeños gurús de la informática.


Concebido como una guía para no perderse en este mundillo, que ha aceptado visos de respetabilidad en los últimos años infiltrándose poco a poco en la sociedad estándar -las grandes cadenas de ropa han incluido entre sus prendas algunas camisetas o artículos frikis, las series de tv como Héroes han cambiado sus guiones ante las protestas del colectivo o las convenciones tipo salón manga han dejado de ser una cosa rara- y alejándose poco a poco de esa imagen a medio camino entre la subnormalidad y la violencia -el autor recuerda la polémica surgida con el asesino de la catana y los juegos de rol- gracias sin duda a la decisiva ayuda que le ha proporcionado internet, Orgulloso de ser friki (Martínez Roca) no es evidentemente un libro para recordar. No ese ése su objetivo. Es un libro que, para hacer justicia a sus propósitos, debe leerse en el cuarto de baño o en esos tiempos muertos inevitables que surgen mientras se arregla tu mujer, se calienta la comida en el microondas o esperas a que se encienda el ordenador.


El volumen cuenta además con un curioso test final destinado a valorar la posible adscripción al universo friki del lector (un servidor, que comparte algunas aficiones de las citadas en el libro, no ha pasado de los quince aciertos) y con curiosas reflexiones que, si nunca nos hemos planteado, es probable que nos sintamos alejados del mismo: lo sucedido con los obreros que construyeron la segunda estrella de la muerte y que fueron cruelmente asesinados, ¿se podría considerar como accidente laboral?

2 comentarios:

  1. Hola, Juan Carlos: me paso por tu blog y veo que tienes un enlace puesto del mío. Te acabo de corresponder de la misma forma. Ya te puedes ver enlazado en el mío.
    Un abrazo,

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  2. Gracias, Andrés. Es lo que tienen los blogs, una cadena que va creciendo de forma imparable. Seguimos en contacto. Un abrazo

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